Tras el fiasco en el desesperado intento totalmente antidemocrático de privatizar la empresa de pública de aguas de Lanzarote, INALSA, el Cabildo, a través de su máximo representante como presidente, Pedro San Ginés ha dado otras opciones, de las cuales la más probable según ellos es la de llegar a un acuerdo con las empresas interesadas para que estas pongan sus condiciones y criterios.
Estas son las autoridades que gobiernan en nuestra isla, personas que sólo piensan en colocar a sus amigos a cambio de un beneficio para ellos o para sus corruptos partidos.
Para colmo, la decisión de la privatización se ha tomado sin que el pueblo, dueño real de esta empresa pública, pueda decidir. Han sido tres enterados o colocados, los que han decidido poniendo en su boca los cientos de miles de voces de los ciudadanos de Lanzarote, sin importarles lo más mínimo las terrible consecuencias que esta decisión desesperada causará al futuro de la isla, de sus habitantes y de sus impuestos.
¿Qué más nos deparará este deprorable culebrón, protagonizado por un partido que se las da de nacionalista cuando la realidad es que vende esta tierra al mejor postor?
Pues nada bueno para nosotros, que ya estamos pagando las consecuencias de sus pésimas actuaciones en años anteriores.
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